Rosita Garrido Labbé

El trabajo grupal ha sido reconocido como una de las claves para el éxito laboral. Cuando un grupo de profesionales labora para alcanzar un objetivo común, la tarea se torna más rápida, eficiente y generalmente sus resultados son mejores que si se hubiese realizado en forma individual. Y esto ocurre por la sumatoria de inteligencias y esfuerzos. El problema se presenta cuando se forma un grupo y sólo algunos ponen su máximo empeño. Ahí, la tarea se torna lenta, tediosa, provoca angustia y pérdida de tiempo para los que realmente están comprometidos con la meta. Creo en las ventajas de esta clase de trabajo. Pero creo que las personas debemos ser generosas en este aspecto y hacer el mejor esfuerzo. Si uno o más miembros del equipo no trabaja, perjudica a los demás. Si todos trabajamos en equipo, nuestra actividad tendrá mejores resultados, en menor tiempo y avanzaremos en mejores condiciones, todo lo cual nos aportará más tiempo para el descanso y la vida familiar. ¿Porqué escribo sobre

... Demasiado tiempo, sin escribir en este blog... parece que el tiempo transcurre cada vez más rápido y no me permite un espacio para esta actividad. Más de 3 meses de silencio escrito en mi Blog. Es que me he visto sobrepasada con trabajo, estudios y... tristezas, los que sumados, se potenciaron, haciéndome sentir que tenía el mundo sobre los hombros. Ahora vengo de regreso y quiero recordar, muy especialmente a dos primos que en estos días se los llevó la muerte, tempranamente, si pensamos que las expectativas de vida son al menos un par de décadas más que los años vividos por Marina- esposa de mi primo Ramón- y Miguel Ángel - primo de mi padre y esposo de mi prima Cecilia, sobrina de mi madre-. Marina, mujer del mar, con fortaleza, trabajadora, buena madre, hija y esposa. La muerte se la llevó, cuando aún quedaban muchos proyectos, fantasías, ilusiones y cosechas en su vida familiar. Espero, Marina, dondequiera que tu alma se encuentre, ahora tengas paz y armonía; sé que para ti y

Esta narración está en concurso, quiero compartirla con ustedes. TRISTEZA EN EL ALMA DE SU Mi amiga Susana me sorprendió gratamente con una llamada telefónica luego de unos 4 años en los cuales perdimos contacto. Ella es de esas personas que generalmente ríe y está alegre, a pesar de los problemas. Sin embargo, lo noté en su voz: estaba triste. - Hace tanto que no nos vemos, en realidad ¡años!- musitó- ¿Qué tal si nos juntamos a tomar una copa? Así compartimos cosas de la vida, retomamos nuestra amistad… y eso. - ¡Por supuesto que sí!, encantada- respondí. - ¿Estás bien?- le pregunté tratando de indagar algo más… - Bueno, sí, con las cosas típicas que nos preocupan a las mujeres: los hijos, el trabajo, la ausencia de pareja, el dinero que no alcanza, ya sabes. - Sí, respondí, conozco bien el tema. Acordamos día, hora y lugar. Elegimos un restaurante muy bonito cerca del Parque Arauco, donde además podíamos ver y hojear libros, a ambas nos gusta

Hace 37 años, inicié mi carrera profesional, haciendo la práctica en la Escuela Nº 230 de Ñuñoa, actual escuela con otra numeración, perteneciente a la comuna de Peñalolén. Trabajé en ese establecimiento durante tres años. Fueron tiempos hermosos, de mucho aprendizaje, mística y vocación. Allá llegué con mi amiga y colega Maggie, la única con la que siempre mantuve el lazo de amistad durante este tiempo. El sábado 19 de mayo tuve la alegría de reecontrarme con un grupo de colegas de aquellos años, a la mayoría no los veía hace desde ese entonces. Y fue emocionante el reencuentro. Tantos recuerdos, anécdotas, alegrías y tristezas, compartimos un capítulo importante de nuestras vidas. Entre las personas que estuvieron presentes, tuve la gran sorpresa de encontrarme con el que en ese entonces era el director de la escuela y su señora, la que también era profesora de ese mismo establecimiento educacional. Mi primer Director, mi primer jefe, don Oscar Pavat y Nora García, su señora. Ellos e

UN CAPÍTULO DE MI VIDA, es el nombre de un concurso literario mexicano. Incentivada por mi amigo Antonio, envié el texto que ahora publico. No fue clasificado. Ahora lo comparto con ustedes. El pertenecer o no a una determinada religión es un tema que para muchas personas es fundamental, ocupando un lugar muy relevante en sus vidas; en cambio a mi, no me desvela mayormente. Son tantas las cosas terrenales: familiares, materiales, sociales y laborales que debo enfrentar cada día, que la verdad, este recurso escaso llamado “tiempo”, no da abasto. No creo ser una persona excepcional; miro a mi alrededor y observo a muchas personas que les ocurre algo similar. En todo caso, no soy ni pretendo ser, una especialista en religiones, sólo me referiré a una experiencia personal, que comparto en esta ocasión, como lo hice hace un par de años con un amigo, que indagó al respecto. Lo hago además, con profundo respeto a la diversidad de religiones y creencias. Efectivamente, hace un par de años, mie