Ya estoy en Santiago de Chile
El tiempo transcurre más rápido de lo que deseo. Ya me referí a ese tema. Mi idea inicial fue escribir a diario la experiencia de trabajar por casi 2 semanas en Madrid. No fue posible. Así como tampoco pude narrar los hechos extra laborales.
Lo que pretendo hacer es poder compartir algunas de las experiencias que espero ir escribiendo cada semana, especialmente relacionadas con la comunicación humana así como el entorno cultural que pude conocer. Las materias específicas de la pasantía quedarán plasmadas en el informe técnico oficial.
Animada por mi amiga Myriam, narraré las historias vividas y compartidas desde el otro lado del Atlántico, "el charco" como dicen los españoles.
Vamos a ver qué tal resulta.
Hoy quiero contarles de...
MARCELINO
Comenzaré narrando una breve conversación con una profesora de la modalidad de educación de adultos y algunos de sus alumnos, durante una visita que realizamos al Centro de Educación para Personas Adultas (CEPA) de Canillejas, ubicado en la periferia de Madrid.
Como parte del programa, nuestro grupo, acompañado de 2 profesionales del Ministerio de Educación (MEC), debía visitar varios CEPA tanto en Madrid como en sus alrededores. La visita al establecimiento incluía un breve paso por las diferentes aulas para conocer y observar el trabajo que estaban haciendo los docentes y sus alumnos.
En una de esas aulas, la profesora una hermosa dama de cabellos blancos y sonrisa muy amistosa, nos dio la bienvenida en forma especial. Cuando dijimos que proveníamos de Chile, ella se alegró mucho e inmediatamente comenzó nuestro diálogo.
-¡Chile! Tengo unos buenos amigos allá. Si?, le pregunté, ¿Dónde viven sus amigos? En Santiago una amiga y al norte, en Arica, la otra.
Ubicaba perfectamente la geografía de nuestro país.
Uno de sus alumnos, Marcelino, un hombre muy afable, sonriente y comunicativo, inmediatamente opinó: Tenemos muy buena impresión de Chile, es un país que está avanzando muy bien y que trabaja en su desarrollo y crecimiento, es uno de los mejores países latinoamericanos.
Por supuesto que esa opinión, me llenó de orgullo y emoción.
Marcelino, siempre con su sonrisa, preguntó ¿cuánto tiempo demoraron en llegar desde Santiago a Madrid?...
Pero, el tiempo pasaba y el grupo debía trasladarse a otra de las aulas; de hecho se despidieron y salieron de la sala. Todos, excepto yo. No podía dejar a Marcelino con su pregunta sin responder. Profesora ante todo. Entonces esperé a que volviera la calma, por la agitación provocada por "tan ilustres visitas" y pedí a la profesora me diera un par de minutos... ella encantada asintió.
Marcelino, dije, no puedo irme sin antes responder a su pregunta- que además me hace recordar un tema personal. Demoramos poco más de 13 horas en vuelo directo desde Santiago a Madrid, recorriendo una distancia de 10 mil 730 km.
-¡Tanto tiempo! exclamaron algunos de los alumnos. Marcelino intervino nuevamente. Yo pienso que en un futuro no muy lejano, la tecnología habrá avanzado tanto que ese viaje se podrá hacer en unas 6 horas... ¿qué opina Ud., profesora?
Comparto la opinión, Marcelino. Esto me hace comparar con el viaje que mis bisabuelos españoles hicieron a Chile, para nunca más volver. Ellos hicieron el viaje en barco demorando cerca de 6 meses en ese recorrido que yo efectué en poco más de 13 horas. Entonces es perfectamente posible que, como Ud. dice, Marcelino, en el mediano plazo este viaje ocupe menos horas.
Tengo grabado el rostro de Marcelino. En los próximos días subiré una foto de él. Me encantó su entusiasmo, cordialidad y sus ganas de aprender. El cursa el 5º año de secundaria. Marcelino, un abrazo a la distancia y ¡mucho éxito en los estudios para Ud. y sus compañeros!
Lo que pretendo hacer es poder compartir algunas de las experiencias que espero ir escribiendo cada semana, especialmente relacionadas con la comunicación humana así como el entorno cultural que pude conocer. Las materias específicas de la pasantía quedarán plasmadas en el informe técnico oficial.
Animada por mi amiga Myriam, narraré las historias vividas y compartidas desde el otro lado del Atlántico, "el charco" como dicen los españoles.
Vamos a ver qué tal resulta.
Hoy quiero contarles de...
MARCELINO
Comenzaré narrando una breve conversación con una profesora de la modalidad de educación de adultos y algunos de sus alumnos, durante una visita que realizamos al Centro de Educación para Personas Adultas (CEPA) de Canillejas, ubicado en la periferia de Madrid.
Como parte del programa, nuestro grupo, acompañado de 2 profesionales del Ministerio de Educación (MEC), debía visitar varios CEPA tanto en Madrid como en sus alrededores. La visita al establecimiento incluía un breve paso por las diferentes aulas para conocer y observar el trabajo que estaban haciendo los docentes y sus alumnos.
En una de esas aulas, la profesora una hermosa dama de cabellos blancos y sonrisa muy amistosa, nos dio la bienvenida en forma especial. Cuando dijimos que proveníamos de Chile, ella se alegró mucho e inmediatamente comenzó nuestro diálogo.
-¡Chile! Tengo unos buenos amigos allá. Si?, le pregunté, ¿Dónde viven sus amigos? En Santiago una amiga y al norte, en Arica, la otra.
Ubicaba perfectamente la geografía de nuestro país.
Uno de sus alumnos, Marcelino, un hombre muy afable, sonriente y comunicativo, inmediatamente opinó: Tenemos muy buena impresión de Chile, es un país que está avanzando muy bien y que trabaja en su desarrollo y crecimiento, es uno de los mejores países latinoamericanos.
Por supuesto que esa opinión, me llenó de orgullo y emoción.
Marcelino, siempre con su sonrisa, preguntó ¿cuánto tiempo demoraron en llegar desde Santiago a Madrid?...
Pero, el tiempo pasaba y el grupo debía trasladarse a otra de las aulas; de hecho se despidieron y salieron de la sala. Todos, excepto yo. No podía dejar a Marcelino con su pregunta sin responder. Profesora ante todo. Entonces esperé a que volviera la calma, por la agitación provocada por "tan ilustres visitas" y pedí a la profesora me diera un par de minutos... ella encantada asintió.
Marcelino, dije, no puedo irme sin antes responder a su pregunta- que además me hace recordar un tema personal. Demoramos poco más de 13 horas en vuelo directo desde Santiago a Madrid, recorriendo una distancia de 10 mil 730 km.
-¡Tanto tiempo! exclamaron algunos de los alumnos. Marcelino intervino nuevamente. Yo pienso que en un futuro no muy lejano, la tecnología habrá avanzado tanto que ese viaje se podrá hacer en unas 6 horas... ¿qué opina Ud., profesora?
Comparto la opinión, Marcelino. Esto me hace comparar con el viaje que mis bisabuelos españoles hicieron a Chile, para nunca más volver. Ellos hicieron el viaje en barco demorando cerca de 6 meses en ese recorrido que yo efectué en poco más de 13 horas. Entonces es perfectamente posible que, como Ud. dice, Marcelino, en el mediano plazo este viaje ocupe menos horas.
Tengo grabado el rostro de Marcelino. En los próximos días subiré una foto de él. Me encantó su entusiasmo, cordialidad y sus ganas de aprender. El cursa el 5º año de secundaria. Marcelino, un abrazo a la distancia y ¡mucho éxito en los estudios para Ud. y sus compañeros!
Nota: Por fin obtuve la foto de Marcelino!!!!!!!! él es el Sr. de suéter azul, a su derecha está Marcos Navarrete, compañero de pasantía, a la izq. de Marcelino, yo. a mi derecha, otra alumna del curso. (21 de enero 2007). Gracias por la foto a mi amiga Jeanette Pino, otra de las pasantes.
Querida Rosita, tus relatos tienen esa particularidad de mostrar la sensibilidad humana tuya y de tus interlocutores. Felicitaciones por cultivar ese lado afectivo que nos permite crecer y reafirmnar nuestra condición de personas que cargamos una gran responsabilidad y expectativa por un mundo mejor. Actos como el que brindaste a Marcelino nos llenan de orgullo de ser tu amiga!
ResponderBorrarCariños,
Yaco.
HOLA AMIGUIS, ESTOY DE ACUERDO CON JACOBO, SOLO QUIERO AGREGAR MI CARIÑO E INSISTIR EN QUE NUNCA DEBES DEJAR DE ESCRIBIR, ME GUSTO ESO DE "PROFESORA ANTE TODO", HUBIERA SIDO TRISTE PARA MARCELINO QUEDARSE SIN RESPUESTA, ESAS EXPERIENCIAS SOLO ENRIQUECEN.
ResponderBorrarESTA PRECIOSO EL ABANICO, MUCHICHISISIMAS GRACIAS Y SIGUE ADELANTE.
UN BEZOTE
MYRIAM